Resumen
La obesidad infantil es una enfermedad con una prevalencia creciente asociada con el desarrollo de otras patologías. Sabemos que las medidas más efectivas para prevenirlo son la prevención. Los primeros 1000 días de vida, desde la concepción hasta los dos años de edad, son un período crítico para el desarrollo de la obesidad infantil. Esto se debe a que es un período de máxima plasticidad en la programación inicial, en el que los factores ambientales (programación) pueden tener una influencia significativa en la salud futura. Además de estos, hay otros factores, que podemos llamar "educables", relacionados con los hábitos de las familias, que están comenzando a adquirirse en estas etapas muy tempranas de desarrollo y que también se han asociado con un mayor riesgo de obesidad infantil. La observación del efecto acumulativo de diferentes factores de programación y factores educables sobre el riesgo de desarrollar obesidad infantil sugiere que, para lograr la máxima efectividad en la prevención primaria, las intervenciones deben diseñarse para actuar sobre la mayor cantidad posible de ellas. Dependiendo de cuándo aparezcan estos factores de programación metabólica relacionados con la obesidad infantil, podemos clasificarlos como prenatales y postnatales. Este artículo ofrece una serie de recomendaciones para el mejor manejo de estos factores de programación inicial en diferentes etapas, con el objetivo de ayudar a los niños a desarrollar un programa inicial adecuado capaz de prevenir enfermedades como la obesidad.
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