Abstract: Resumen La práctica regular de actividad física durante la edad infantojuvenil es un hábito necesario y obligatorio al representar un factor primordial en el desarrollo integral de niños y niñas. Los beneficios proporcionados por la actividad física en estas edades trascienden el ámbito físico, afectando positivamente a las dimensiones cognitivas, psicológicas y sociales. Además, estos beneficios se extienden a la edad adulta en forma de prevención de enfermedades y de mantenimiento de hábitos saludables. En la actualidad, existen recomendaciones mínimas de actividad física, establecidas en función de la edad de los niños y niñas, y de si caminan o no. El cumplimiento de las recomendaciones mínimas de actividad física es muy bajo en la población infantojuvenil española, representando un problema de salud pública de primer orden.
Keywords: Actividad física; Desarrollo integral; Edad infantojuvenil; Recomendaciones
En la actualidad, las evidencias científicas acumuladas han demostrado que la práctica regular de actividades físicas y deportivas durante la infancia y la adolescencia, genera grandes beneficios a corto, medio y largo plazo; es fuente de bienestar físico y psíquico; contribuye al desarrollo integral de la población en desarrollo; mejora el rendimiento escolar y la sociabilidad; está asociada con indicadores más favorables de salud; actúa como factor de protección frente a otros hábitos no saludables. Así mismo, ayuda a mantener un peso saludable y, si el hábito se adquiere en la infancia, es más probable que se consolide en etapas posteriores, lo cual reduce el riesgo de padecer en la edad adulta diferente enfermedades. (Donnelly, & otros, 2016) (Fiuza-Luces, Garatachea, Berger & Lucia, 2013) (García-Artero et al., 2007) (Janz et al., 2009) (Labayen, Ortega, Sjostrom, & Ruiz, 2009) (Labayen et al., 2011) (Physical Activity Guidelines Advisory Committee, 2018) (Yu, Burnett, & Sit, 2018)
La actividad física se define como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que resulta en un incremento del gasto de energía con respeto al gasto en reposo (para mantener las funciones vitales: respiración, circulación de la sangre, etc). La actividad física abarca, en términos generales, el ejercicio físico, los deportes, las actividades físicas que se realizan como parte de la vida cotidiana, la ocupación, el esparcimiento y el transporte activo. (Caspersen, Powell, & Christenson, 1985) (Garber et al., 2011) (Thivel et al., 2018)
Los beneficios que la práctica regular de actividad física proporciona en la edad infantojuvenil no se limitan a la reducción de los factores de riesgo y a la prevención de enfermedades, ya que trascienden esta dimensión y se extienden al ámbito físico, psicológico y social. (Donnelly et al., 2016) (Janz et al., 2009) (Organización Mundial de la Salud, 2010) (Yu, Burnett, & Sit, 2018)
En el ámbito de la salud, los beneficios de la actividad física en la población infantojuvenil se pueden clasificar, en líneas generales, en 3 categorías. Tabla 1. Resumen de los principales beneficios de la actividad física en la infancia y la adolescencia.) (Ministerio de Sanidad y Consumo; Ministerio de Educación y Ciencia, 2006)
Los beneficios físicos, mentales y sociales para la salud durante la infancia y la adolescencia.
Los beneficios para la salud derivados de la actividad física en la infancia que se transfieren a la edad adulta.
El remanente del hábito de práctica da actividad física saludable que se mantiene hasta la edad adulta.
Fuente: Ministerio de Sanidad y Consumo; Ministerio de Educación y Ciencia. (2006). Actividad Física y Salud en la Infancia y la Adolescencia. Guía para todas las personas que participan en su educación
En el pasado, niños y niñas pasaban gran parte de su tiempo de ocio jugando al aire libre. Los nuevos hábitos provocados por el desarrollo tecnológico, la aparición de la televisión, de los juegos de ordenador y de internet y la telefonía móvil, están provocando que la población infantojuvenil no alcance los niveles de actividad física recomendados para obtener un desarrollo óptimo en todas las capacidades y dimensiones del ser humano.
En la actualidad, tanto las sociedades científicas como los organismos públicos han realizado numerosos esfuerzos para establecer y concretar unas recomendaciones (Tabla 2. Resumen de las recomendaciones mínimas de actividad física para la población infanto-juvenil.) de actividad física para la población en edad escolar, basadas en las evidencias científicas. (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, 2015) (Organización Mundial de la Salud, 2010) (Physical Activity Guidelines Advisory Committee, 2018)
Las recomendaciones para este grupo de población, al tener cada niña y niño un desarrollo diferente, se establecen en función de la edad y de si caminan o no (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, 2015) .
* Actividad física aeróbica de intensidad moderada: Aumenta la sensación de calor y se comienza a sudar ligeramente; aumenta también el ritmo cardíaco y respiratorio pero se puede hablar sin sentir que falta el aire. ejemplos: caminando a paso ligero (más de 6 km/h) o paseando en bicicleta (16‐19 km/h).
**Actividad física aeróbica de intensidad vigorosa: la sensación de calor y sudoración es más fuerte. El ritmo cardíaco es más elevado y respirar supone mayor esfuerzo, por lo que es muy difícil hablar mientras se practica. Por ejemplo, correr o ir en bicicleta pedaleando rápidamente (19‐22 km/h).
Fuente: Ministerio de Sanidad y Consumo; Ministerio de Educación y Ciencia. (2015). Actividad física para la salud y reducción del sedentarismo. Recomendaciones para la población
En relación a estas recomendaciones mínimas, parece interesante tener en cuenta las observaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2010) que se exponen a continuación.
Estas directrices son válidas para todos los niños sanos de 5 a 17 años, a menos que su estado médico aconseje lo contrario.
Se debe alentar a los niños y jóvenes a participar en actividades físicas que ayuden al desarrollo natural y sean placenteras y seguras.
Siempre que sea posible, los niños y jóvenes con discapacidades deberían cumplir las recomendaciones. No obstante, convendría que consultaran a su dispensador de atención sanitaria para asegurarse de que conocen bien los tipos y cantidad de actividad física apropiados para ellos, teniendo en cuenta su discapacidad.
Estas recomendaciones son aplicables a todos los niños y jóvenes, con independencia de su género, raza, etnia o nivel de ingresos.
Los niveles de actividad física recomendados para los niños y jóvenes de este grupo se añadirán a las actividades físicas realizadas en el transcurso de la actividad diaria habitual no recreativa.
Todos los niños y jóvenes deberían realizar diariamente actividades físicas en forma de juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela y las actividades comunitarias.
En el caso de los niños y jóvenes inactivos, se recomienda aumentar progresivamente la actividad hasta alcanzar los niveles indicados.
Sería apropiado comenzar con pequeñas dosis de actividad, para ir aumentando gradualmente su duración, frecuencia e intensidad. Hay que señalar también que, si los niños no realizan actualmente ninguna actividad física, la práctica de ésta en niveles inferiores a los recomendados les reportará más beneficios que la inactividad. (Organización Mundial de la Salud, 2010)
En la actualidad, la modificación del estilo de vida de los niños y adolescentes por un estilo de vida más “inactivo y sedentario” supone un gasto calórico de aproximadamente 600 kcal diarias menos que los de hace 50 años. (Boreham y Riddoch, 2001) .
En todo el mundo, y entre los periodos de 2005-2006 y 2009-10, el 80% de los adolescentes de entre 13 y 15 años no alcanzaba las recomendaciones mínimas de actividad física. Esta proporción era aún mayor en la Unión Europea de los 28 estados miembros, en la que se estimaba que el 83% de los niños de 11 a 15 años era insuficientemente activo. (Gráfica 1. Proporción de niños y niñas de la EU-28 que son insuficientemente activos). Es decir, no alcanzaba las recomendaciones mínimas establecidas para este grupo de población. (Centre for Economics and Business Research, International Sport and Culture Association, 2015) (Hallal et al., 2012) .
Fuente: Centre for Economics and Business Research, International Sport and Culture Association. (2015). The Economic Costs of Physical Inactivity in Europe
En España, en función de los datos de los diferentes estudios realizados con diferentes métodos de medición, y con poblaciones con edades comprendidas desde los 9 a los 18 años, se ha estimado que entre el 60-79% de los niños y adolescentes, no cumplen con las recomendaciones mínimas de actividad física.(Fundación para la Investigación Nutricional, 2016). Es necesario aclarar que en todos estos estudios, solamente se ha evaluado o analizado el cumplimiento del primer punto de las recomendaciones, referido a “realizar al menos 60 min./día de actividad física de intensidad entre moderada* y vigorosa”; sin evaluar el punto restante de las recomendaciones, relativo a “realizar al menos 3 días/semana, actividades de intensidad vigorosa y actividades de fortalecimiento muscular que incluyan grandes grupos musculares”. Esta es una cuestión relevante, ya que las evidencias científicas actuales muestran la importancia de la actividad física de fortalecimiento muscular en el desarrollo integral de niños y niñas de estas edades. (García-Artero et al., 2007) (García-Hermoso, Esteban-Cornejo, Olloquequi, y Ramírez-Vélez, 2017) (Jiménez-Pavón et al., 2012) (Marson, Delevatti, Prado, Netto, & Kruel, 2016) (Ortega, Ruiz, & Castillo, 2013) (Shultz et al., 2015)
Debemos recordar que las recomendaciones sobre actividad física son los niveles mínimos para que la población infantojuvenil obtenga beneficios para su salud y para el desarrollo integral. El aumento de los niveles de actividad física que sean superiores a los niveles recomendados, generarán unos beneficios adicionales para la salud, al haberse observado una relación lineal gradual entre la cantidad de actividad física y el estado de salud.
Debemos subrayar que a esta edad la variedad de la actividad física es de vital importancia.
En la siguiente tabla, (Tabla 3. Resumen de la principales opciones para que niños y niñas alcancen las recomendaciones mínimas de actividad física.) se exponen, a modo de resumen, algunas opciones para que niños y niñas pueden alcanzar las recomendaciones mínimas de actividad física.
Fuente: Ministerio de Sanidad y Consumo; Ministerio de Educación y Ciencia. (2006). Actividad Física y Salud en la Infancia y la Adolescencia. Guía para todas las personas que participan en su educación.
Para lograr que la actividad física sea atractiva y se convierta en una conducta duradera durante toda la vida para los niños y adolescentes de ambos sexos, resulta esencial que las intervenciones les ayuden a disfrutar de un amplio número de actividades, a sentir confianza acerca de su cuerpo y su capacidad física, y a apreciar la importancia y los beneficios para la salud que se derivan de la actividad física.
Con el fin de ampliar y complementar la información expuesta anteriormente, a continuación se exponen dos pirámides: la pirámide de actividad física infantil y la pirámide de actividad física para adolescentes. Estas pirámides, (Gráfica 2. La Pirámide de Actividad Física infantil.) (Gráfica 3. La Pirámide de Actividad Física para adolescentes) ofrecen una valiosa información sobre tipos de actividad física, intensidades, tiempos, así como las capacidades físicas que se desarrolla con cada actividad.
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La Revista Infancia y Salud (RINSAD)), ISSN: 2695-2785, surge de la colaboración entre administraciones Portugal, Galicia, Castilla y León, Extremadura y Andalucía dentro del proyecto Interreg España-Portugal RISCAR y tiene como objetivo la divulgación de artículos científica relacionados con la salud infantil, aportando a los investigadores y profesionales de la materia una base científica donde conocer los avances en sus respectivos campos.
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